Incineración vs. Reciclaje de Basura.
Aplicaciones de modelos del Primer Mundo en países en vías de desarrollo.
Durante los primeros días de 2018, las alertas a cerca de la implementación del sistema de incineración de residuos en la ciudad de Buenos Aires se han activado, y con ellas surgen las preguntas de un método que parecía desterrado en los años '60. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Es una solución? ¿No es perjudicial para la salud? ¿Es más económico? Etc.
Desde hace al menos 40 años que en forma global se viene hablando de la importancia de separar nuestros residuos, de reciclar, de re-utilizar, de disminuir el consumo y en menor medida de compostar los restos de alimento. El nacimiento de las Cooperativas de Cartoneros surgidas informalmente en medio de la crisis de 2001 tuvo como finalidad la creación de fuentes de trabajo, que a su vez buscaba el beneficio de disminuir los volúmenes enviados al Ceamse.
Para el año 2005 se sanciona la Ley de Basura Cero, la que ordena categóricamente el cierre de todo basural o relleno sanitario contaminante, para reemplazar gradualmente el sistema de entierro por el de aprovechamiento de materiales, tanto reciclables como compostables, y de esta forma llegar al objetivo de cerrar todo vertedero, relleno sanitario o basural a cielo abierto que se encuentre activo para el año 2020 (Ley 1854/05, Articulo 6°).
En otro de sus artículos prohíbe terminantemente la práctica de la incineración por considerarla perjudicial para la salud y el ambiente, además del desperdicio que significa la quema de envases. Pero, a pesar de existir un claro avance en la materia, la realidad es que las cooperativas no llegan a cubrir la demanda de recolección, ya que no cuentan con la financiación necesaria para poder equiparse, y peor aún, los valores de venta de los materiales reciclables disminuye día a día. La falta de una Ley de Envases que obligue a las empresas responsables a financiar este tipo de servicio y la inexistencia de una regulación en la fabricación de los mismos para su posterior aprovechamiento, hace que toneladas de materiales derivados de recursos no renovables (petróleo, aluminio etc.) vayan a parar a una montaña inservible para terminar como un pasivo ambiental, provocando calentamiento global, contaminación y derroche.
Desde el año 2005 (hace ya 13 años) hasta ahora los volúmenes de residuos enviados a entierro no se han reducido, lo que es peor, en el año 2016 se ha tenido que ampliar el sector Norte III de la empresa Ceamse, uno de los mayores basurales de Sudamérica después del relleno de San Pablo en Brasil. Dentro de este predio, funcionan unas nueve plantas sociales de recuperación y clasificación de residuos que rescatan a mano un porcentaje mínimo de materiales.

“Tensiones Sobre el Mapa” www.revistaanfibia.com

Durante estos primeros meses de 2018 han salidos noticias en algunos diarios que anuncian el colapso del basural y la urgencia de aplicar soluciones drásticas al problema (“Alarma por la basura: rellenan el último lote de la Ceamse y en 5 años no habrá más lugar”, Diario Clarín digital 27/01/18) y acompañada de esta noticia todo tipo de reacción de parte de agrupaciones ambientalistas alertando a cerca de la intención del gobierno local de instalar el sistema de incineración para aquella basura que llegue mezclada a los basurales. En defensa, los promotores de este sistema aducen que funciona desde hace muchos años en los países más desarrollados y se considera que en comparación con el reciclaje no genera más contaminación, y que además se obtiene energía calórica para volcar en forma de electricidad a los hogares.
Pero analicemos el contexto de aquellos países en los que se aplica la incineración: se trata de países como Suiza, Noruega, Suecia, Islandia, Australia, Alemania, Reino Unido, Canadá o Estados Unidos entre otros, los cuales cuentan desde años con una Ley de Envases que regula la fabricación para que sean 100% reciclables. Además, esa misma ley, obliga a las empresas que venden sus productos envasados a financiar un sistema de recupero de los mismos. En Suiza por ejemplo se calcula que entre reciclaje y compostaje, se alcanza un 98% de recupero de residuos, el 2% restante SE INCINERA. Lo mismo sucede con los demás paísies mencionados, destacando a Suecia, que tiene que comprar basura de otros países, ya que la implementación de una educación específica y la adecuada gestión hacen que en Suecia la basura escasee.

"Waste Atlas" el atlas de la basura

Pues bien, se puede argumentar que en nuestro país no hay dinero disponible para una verdadera campaña de concientización y que para lograr un sistema de reciclaje adecuado es necesario invertir enormes sumas.
En una nota publicada por el diario digital RT, explica el gerente de operaciones del Ceamse, Leonardo Maceiras “Cada tonelada de basura recibida se cobra en 14 dólares, cuando en el mundo cuesta entre 50 y 55 dólares...Al mes, la cuenta equivale a unos 7,2 millones de dólares. (“La vida en el barrio argentino montado sobre la basura”, https://actualidad.rt.com , 16/10/17) Una suma que a priori deja ver que el entierro de basura no es un mal negocio, y que con un mínimo aporte de esas ganancias se podría mejorar sustancialmente el sistema de reciclaje. En la misma nota Maceiras aclara “En este sistema, los municipios pagan directamente a la compañía estatal por el servicio,...aunque "no tiene fines de lucro", concluye.
Otro de los puntos a tener en cuenta, es que el costo de montar una planta de incineración de residuos es altísimo, un costo mucho más alto que el de financiar a las cooperativas, que desarrollar una campaña de consientización o mucho más alto que la de instalar plantas de compostaje o bio-gas. En la Ciudad de México, se está poniendo a funcionar “El Sarape” el proyecto de incineracion más importante de América Latina que tendrá un costo de unos 5 mil millones de dólares (consumidoresorganicos.org/2018/01/31) y que según dicen los ambientalistas en ese país, no sólo que la ciudad no soportará la contaminación, sino que se endeudará por años. Estos métodos, además de ser peligrosamente inconvenientes en países donde la seguridad ambiental es sumamente endeble, perjudica directamente al trabajor cartonero, que a diario arriesga su salud por unos pocos pesos, rescatando materiales derivados de recursos no renovables, actividad que le permite a una familia tener acceso a una obra social, o a un incentivo económico mínimo, pero que en terminos ambientales es mucho más valioso su trabajo que lo que se les paga por ello.
Incinerar basura es, el último eslabón de una gestión de residuos excelente, y no debería ser considerada una alternativa al reciclaje. En países como el nuestro, es más bien un negocio rentable que exluye a los más vulnerables de la cadena, los cartoneros, y que no soluciona el problema de contaminación del entierro.

Video Educativo del Gobierno de Suecia "Dónt waste Your waste"

Si bien hay mucho de responsabilidad de las autoridades que gestionan la basura ¿qué hay de cada uno de nosotros como ciudadanos? ¿Somos concsientes de que el origen de la basura es consecuencia directa de nuestro consumo? ¿Tenemos idea de lo que puede producir al quemarse una pila, por ejemplo? Además de la práctica del Reciclaje existe la del Compostaje, que sumado a la reducción del consumo de envases, representa una auto-gestión casi total de nuestra basura. ¿Intentamos reducir el volúmen compostando la fracción orgánica? ¿Somos solidarios con los trabajadores cartoneros? ¿Por qué no exigimos el cumplimiento de la Ley de Basura Cero? ¿Falta educación al respecto? Si, falta, y mucha.
Por eso, en Basura Responsable® hemos desarrollado una herramienta que busca en principio reemplazar el tradicional “tacho” de basura de los hogares por una bolsa re-utilizable de residuos orgánicos, de tela respirable, producto patentado en Argentina, que derivó en un cesto de lombricompostaje para lugares reducidos o con poco espacio verde.
Es, más bien, una herramienta didáctica que ordena nuestros hábitos diarios, y nos permite aprender sin trastornos esta noble práctica a la espera del cumplimiento de la Ley de Basura Cero, la cual obliga a las empresas y a los municipios a tratar los residuos en forma diferenciada.
Hoy en día se compostan solamente 10 las 2500 Tn diarias que se recolecta de basura orgánica en la ciudad de Buenos Aires.
Continuando con la idea de acercarle soluciones a las personas, surgió un segundo invento que fue ideado para amortiguar los efectos adversos que provocan los restos de yerba mate en los residuos: Escurremate® que ya ha demostrado que quitándole el líquido excedente a los residuos, la putrefacción se retarda considerablemente, se evitan las chorreaduras en pasillos de edificios, oficinas, contenedores etc, se facilita la tarea de compostar, y sobre todo, introduce a los argentinos en la práctica del manejo de los residuos orgánicos.
Nuestro principal objetivos es despertar en la conciencia el respeto hacia la Naturaleza, la disminución del consumo desmedido de recursos no renovables y la transformación de elementos descartables en aprovechables. De esta manera contamos con las herramientas para contribuir de manera responsable con nuestra basura, en lugar de contaminar con ella, dejando en claro que, los ciudadanos ya estamos separando en origen, sólo falta que el servicio de recolección brindado por los municipios se adapte a la situación socio-ambiental de la actualidad.
Compostar es Solidaridad, ya que son los sectores de recursos medios y altos los mayores generadores de basura, y los encargados de cambiar de hábitos con respecto a la misma. Si se cuenta con la herramienta correcta y con el método adecuado no hay excusa para no practicar esta tarea que cualquiera puede realizar..




Implementación de Incineración de Basura en Buenos Aires, marzo 2018:
https://www.lanacion.com.ar/2120673-la-ciudad-presento-un-proyecto-oficial-para-incinerar-basura
©Basura Responsable®
https://www.compostar.com.ar